Por: Zenaida Ramos Ramos
Hay enfermedades que causan el sufrimiento de perder una extremidad, ya sea los brazos o las piernas. Una de ellas es la diabetes, que ocurre cuando el páncreas no libera insulina o produce poca, o el organismo se resiste a ella.

Las personas que padecen de diabetes están más en riesgo de perder una de sus piernas, si no mantienen controlado el nivel de glucosa en la sangre ni toman medidas preventivas para evitar úlceras o laceraciones en sus pies.

La doctora Myriam Allende Vigo, endocrinóloga para adultos y directora de la Sección de Endocrinología de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas, recalca la importancia de que las personas con diabetes tomen medidas de prevención para evitar que sufran la pérdida de una de sus piernas. Expone a continuación cómo la diabetes desatendida puede causar amputaciones tanto en hombres como en mujeres.

¿Cuán delicada es esta situación en Puerto Rico?

—Realmente en Puerto Rico no hay unos números en específicos porque no se llevan las estadísticas de cuántos pacientes tienen amputaciones ni si están relacionados o no con la diabetes. Sí sabemos que la causa principal de amputaciones que no sean por traumas, no sean un accidente, está asociada con la diabetes, pero el número específico de cuántos hay en Puerto Rico por año, eso no lo hay porque nadie tiene los números. No se llevan.

¿Es un error?

—Hay muchas cosas que no sabemos realmente y esa es una de ellas, pero sí sabemos que este paciente con diabetes está más en riesgo de desarrollar problemas de circulación y problemas de neuropatía. Son los que van eventualmente a llevar a la pérdida de una pierna o de un pie. El problema es que una vez tienes un problema en uno de los pies, como la circulación y la neuropatía ocurre en ambas piernas, la probabilidad de que pierdas el otro miembro es bien alta.

¿Por qué existe esa probabilidad?

—A la persona le amputan la pierna porque ese tejido está muerto. No es viable. Esto es como una cadena. Primero viene que la persona no tiene buena sensación en las piernas. Puede usar unos zapatos que le aprieten y no se da cuenta. Puede tener una piedrita, algún clavito o enterrarse algo y no se da cuenta. Se da un golpe y como no siente dolor no se da cuenta. Entonces, ese proceso que tiene ese trauma, pues vienen bacterias y se crea una infección. La persona si no está pendiente de verse los pies, pues entonces no sabe que tiene una infección ahí hasta que ese tejido se sigue muriendo por esa infección. La infección de la piel puede pasar hasta el hueso. De ahí es que viene el problema de que hay que quitarle ese tejido porque si no va a seguir subiendo la infección y va a seguir subiendo el problema desde los dedos de los pies hasta el pie, a las piernas y así hacia arriba. Como el problema de la neuropatía, que es la pérdida de sensación o una sensibilidad alterada de las piernas, usualmente es simétrica, es igual en ambos pies. Esto también está ayudado porque la circulación en las personas con diabetes está alterada. Tiene problema de circulación; no le circula bien la sangre y en la sangre es que van esas células que combaten infecciones. Entonces, al no tener buena circulación, tienen infección; no la pueden tratar bien y se propaga más.

Usted ha explicado parte de lo que ocurre en los diabéticos, pero ¿por qué las personas con diabetes pierden el buen proceso de la circulación?

—Eso es parte de la enfermedad de diabetes. La diabetes no es solamente un problema que tiene azúcar alta en la sangre. Es un problema de que los tejidos no están trabajando bien. Es un problema metabólico, pero también vascular. Por eso, el paciente diabético es un paciente que está en alto riesgo de tener problemas de circulación, de tener aterosclerosis. Ocho de cada diez diabéticos le da un infarto y tienen problemas de que esas coronarias están afectadas. Lo mismo ocurre en otras arterias del cuerpo y las arterias que llevan la circulación a las piernas se llaman las femorales y esas están afectadas también. No solamente están afectados esos vasos grandes, sino que los vasos más pequeños que son los capilares y las arterias, pues también están afectados. Por eso es que la circulación está afectada en su totalidad.

¿Cuáles son las primeras señales de que está ocurriendo algo en las piernas, de que la persona debe estar alerta?

—El problema es que puede que no tenga señales. La neuropatía es una alteración a la sensibilidad. La neuropatía ocurre en el paciente diabético también porque hay problemas de esos vasos por donde va a la sangre. Al estar afectados los nervios, pues entonces los nervios no llevan bien esa señal ni de dolor ni de retirada que ocurre cuando tienes un trauma. Te das el golpe, te entierras algo y no lo sientes. Entonces, por eso es que no alerta de que algo mal está pasando en sus piernas. Ahí se perpetúa el problema.

¿Están en riesgo sólo los que padecen diabetes tipo 2?

—Esto ocurre a todos los diabéticos, tipo 1 y tipo 2. Déjame decirte que alguien que tenga problemas de circulación de las piernas y que haya tenido una amputación, las coronarias tienen también que estar afectadas. Está en alto riesgo de que le dé un infarto o un derrame cerebral. Eso está todo conectado. Eso es bien importante también recalcarlo.

Doctora, ¿cuándo es que se llega a una amputación?

—Se corta donde el tejido está sano, pues a veces ves que hay gangrena. Cuando el tejido está necrótico, está muerto. Se pone negro por la falta de circulación. Ese dedo que está gangrenado, si cortas el dedo nada más, el problema de la obstrucción de la circulación comienza más arriba en esa arteria que suple a esos dedos que está a mitad del pie. Entonces, cómo tienes que cortar en donde el tejido esté sano y tenga circulación todavía para que pueda sobrevivir, pues tiene que cortar a medio pie. Si la gangrena es en la planta del pie, a veces, se corta debajo de la rodilla.

Otra cosa que lo puede precipitar o estar asociado a que tengan problemas de los pies y que terminen en una amputación son los problemas de los callos, los juanetes y los dedos de los pies que están como en gatillos. Como entonces va a tener una presión alterada en el zapato, esas áreas tienden a ulcerarse. En un callo ulcerado en una de esas coyunturas por ahí entran bacterias. Se infectan. Como no es buena la circulación, no puede combatir esa infección; se necrosa el tejido. Se muere y hay que amputar.

¿La úlcera es lo primero que aparece? ¿Cómo deben curársela?

—Sí. Realmente, primero es la prevención. Pero si ya desarrolla un área de enrojecimiento o se abre la piel que ya tiene una úlcera, es bien importante, mantenerla limpia con jabón y agua. No utilizar antibióticos de cremita. Elevar los pies si se hinchan. Visitar el podiatra que es el especialista de los pies o visitar al médico. Si hay necesidad de dar antibióticos por boca o hacer una cirugía, ya es el podiatra o el médico periferovascular o el cirujano que se encarga de eso. Hay operaciones en donde es posible restablecer la circulación en las piernas. Eso es posible en algunos casos cuando hay una obstrucción en la femoral. Se hacen unos puentes.

¿Es más común las amputaciones en los varones que en las mujeres?

—No necesariamente. Es más común en los diabéticos y pueden ser mujeres o pueden ser varones… Cuando estamos hablando de diabetes, la prevalencia es más o menos “fifty-fifty” (50/50). Entre mujeres y varones no se puede decir categóricamente…

¿Les afecta mucho el uso del alcohol a los varones?

—El alcohol lo que te puede afectar es la cuestión del control en la diabetes y la exposición a trauma también, pero no necesariamente que vaya a haber más amputaciones porque tomen alcohol. Tampoco te puedo decir que sea categóricamente cierto. El pronóstico realmente es bien limitante. La cuestión de que una persona tenga una amputación es algo que se debe evitar a toda costa, por lo tanto, es bien importante controlar el azúcar para evitar esas complicaciones de la diabetes. Es prevenible.